La guerra civil

1936: El 19 de julio en Pamplona, a las seis de la mañana, sale a la calle una compañía del batallón de montaña y proclama el estado de guerra.

No hace falta escribir mucho sobre la incertidumbre que suponía aquel año, con una guerra incipiente, que si bien, durante todo el trascurso de la misma se pensaba que estaba próxima su finalización, no dejaba de sembrar incertidumbre a los que la padecieron.

Badostáin, como todo Navarra se vio metido desde un principio en el bando ganador, por lo que físicamente no sufrió ningún efecto de la misma, pero podemos imaginar  imágenes duras, miedo y desesperanza y la tristeza que debieron sentir las familias al ver salir sus hijos hacia la guerra.

Por desgracia no nos queda ningún escrito de nadie del pueblo que describa los hechos, pero a través de pequeños restos que han quedado, de la memoria popular y de lo que acontecía, podemos hacernos una idea.

Por ejemplo una prioridad fue la de cambiar la bandera de la escuela. La anterior se había adquirido hace tan sólo 5 años, en 1931. Se había comprado con el asta y todo. A los cinco años los niños de la escuela veían otra colgando, con un escudo diferente.

En esta fecha habían 36 niños en la escuela y se renuevan ciertos libros. Se compraron nuevos catecismos y unos libros llamados “pensamiento infantil”

Tampoco nos es difícil imaginar los comunicados oficiales, remitidos al ayuntamiento de Egüés y trasmitidos al concejo de Badostáin por este. En los años siguientes veremos partidas “diferentes” que venían dictadas desde las autoridades y a las que, a buen seguro, nadie podía negarse.

Así es como vemos como en diciembre se donan 50 pesetas para el “aguinaldo del combatiente” o como se otra partida de 500 pesetas “como subscripción al glorioso ejército nacional”.

 

 

1937: Seguimos en plena guerra civil. Las cuentas del depositario de dicho año parecen normales, pero si leemos con detenimiento las diferentes partidas, podemos deducir algunos datos concretos y muchas impresiones que no es posible reproducir.

Hay una celebración en la iglesia para la que se compran 9 metros de pañete negro, 12 candeleros, 2 hacheros pintados de negro y 100 tachuelas negras. Tanto negro significa muerte en el frente. Vemos también que se hizo una donación a la parroquia y al otra al seminario de Pamplona, que estaba en construcción.

En Badostáin murieron cuatro  hombres en la guerra, tres en el 37 y uno en el 38.

Sabemos que en esa fecha se da “a los jóvenes del pueblo que se encuentran luchando por Dios y por España “ en el frente de batalla, una gratificación de 10 pesetas a cada uno. Y eran 36.

Al ayuntamiento de Egües se hacen unos pagos “de guerra” como son las 50 pesetas por el aguinaldo al combatiente , a la delegación local de la Falange, 55 pts. por “el abrigo del combatiente” y a la asociación de “damnificados por bombardeos en nuestra región” se dan 50 pesetas.

 

1939: La guerra civil toca a su fin. Después de cada fecha en los documentos oficiales, observamos el acompañamiento “año de la victoria” . Se realizó una subscripción pro reconstrucción del santuario de Nuestra Señora de la Cabeza - lugar emblemático para el bando nacional, localizado en Jaén, y donde en Agosto de 1936 se habían refugiado entre otros, 248 guardias civiles que durante nueve meses resistieron el asedio de las tropas republicanas - y otra procentenario de la Virgen del Pilar, si bien, las 10 pesetas que se dieron, demuestran que la guerra ya no era tan efectiva a la hora de recaudar como en el primer año. Este tipo de impuesto de emergencia dejó de pedirse este año. Aún así quedaría para algunas excepciones para la posteridad.

Era un año en que comenzaba la reconstrucción, no material en el caso que nos ocupa, si moral. Se suspendieron las fiestas, vinieron vacunaciones generales y se paga a un agente ejecutivo para cobrar a los morosos.

Tenemos anotado también un gasto de 367 pts. por arreglar el reloj de la Iglesia.

En ese año figuran hasta diez propietarios de ganado que poseen entre todos 473 cabezas.

Un anuncio en el Diario de Navarra anunció la suspensión de las fiestas.

 

1940: Don Macario celebró el 13 de Marzo un funeral de primera clase para los jóvenes de Badostáin muertos en la ”pasada cruzada”. Las diferentes clases de misas se diferenciaban por el número de co-celebrantes. Al párroco se le pagó por el estipendio 230 pts.

En ese mismo día se puso una lápida en el atrio con el nombre de los jóvenes muertos. Dicha lápida de mármol, de 375 pts. de costo,  estuvo colocada la reforma de la iglesia.

Badostáin afrontaba la posguerra en mejores condiciones que otras regiones y por supuesto mejor que la gente de la ciudad. No obstante las crónicas que nos llegan nos hablan de situaciones límites y de grandes penalidades. Estamos en un pueblo de 316 habitantes (Sarriguren tiene tan sólo 8). El estado pedía esfuerzos adicionales para alimentar a las capitales y se venía ya de padecer cuatro largos años de penalidades. Nos consta una compra a Diputación de 50 kilos de Arseniato de plata para la plaga de la patata.  Los datos indican que el alumbrado público de ese año constaba de 20 lámparas de 4 bujías. Cada trimestre costaba unas 150 pesetas la factura pagada a Electra Oricain por este concepto. Este año vemos que, hasta 32 vecinos, estuvieron en auzolanes arreglando los caminos. También sabemos que se compró un sillón para la escuela.

No obstante, Badostáin pudo destinar una partida presupuestaria que había suspendido desde hacía cuatro años. Doscientas cincuenta pesetas para fiestas.